FAMILIA
¿Vivir enamorados para toda la vida?
Tomado de
CNN
Las parejas que comienzan en la adolescencia pueden perdurar sólo si él y ella crecen juntos. Ella tiene 15 y él 16; ambos comienzan una relación amorosa de adolescentes, en que van descubriendo el impacto que produce la decisión de estar juntos. Nadie podría asegurar a esta edad que la pareja se transformará en la definitiva o que con esa persona aún en proceso de crecimiento y maduración se compartirán los próximos 6 u 8 años. Lo cierto es que no es nada atípico que estas relaciones, comenzadas de manera inocente como un juego propio de adolescentes, se transformen en un compromiso más serio y duradero. De hecho, explica Elena Sepúlveda, ginecóloga y sexóloga de la clínica Androsex en Santiago de Chile, una de las características de los jóvenes es que "no tienen medida del riesgo, por lo que no poseen un concepto de final". Así, mientras los jóvenes están en la búsqueda de identidad propia de la etapa que viven, la especialista explica que junto con la influencia de las hormonas, en la adolescencia surge también la necesidad de contacto corporal, de entregarse. ESOS EXTREMOS PATOLOGICOS Nada hay de incorrecto hasta aquí. Una relación larga puede terminar en una convivencia estable o quedar rezagada después de unos años. Sin embargo, un punto negativo que destaca la sexóloga es que, en un período en que se presenta la dialéctica hogar-sociedad, los jóvenes con carencias afectivas pueden buscar en una relación externa la forma de suplir las faltas y hacerse dependientes de ella. Otra barrera que deberá superar el romance juvenil es perpetuarse más allá de la etapa inicial de "encantamiento", en que cada uno muestra sus mejores virtudes para seducir al otro. En este sentido, la experiencia de vivir juntos marca un paso trascendental en la cual se pondrá a prueba el noviazgo; es una instancia en la que aparece el "lado oscuro" de las personas ante situaciones más reales, con cuentas que pagar y deberes a los que responder. Sólo entonces se podrá decir si los años que invirtieron rendirán o no frutos.
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Otra barrera que deberá superar el romance juvenil es perpetuarse más allá de la etapa inicial de "encantamiento", en que cada uno muestra sus mejores virtudes para seducir al otro. En este sentido, la experiencia de vivir juntos marca un paso trascendental en la cual se pondrá a prueba el noviazgo; es una instancia en la que aparece el "lado oscuro" de las personas ante situaciones más reales, con cuentas que pagar y deberes a los que responder. Sólo entonces se podrá decir si los años que invirtieron rendirán o no frutos.
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