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EDITORIAL
Migración ilegal y la fiebre amarilla
La puerta está cerrada. Cualquiera que intente entrar, antes de tocar, debe presentar un pase especial, pero ¿qué hay de los que entran sin pedir permiso y lo hacen por la cocina?
La amenaza de la fiebre amarilla en nuestras fronteras ha provocado que las autoridades actúen con responsabilidad. Ya se cerró el portón en los puntos de entrada al país y el único requisito para ingresar a suelo panameño es una certificación que confirme que la persona haya sido vacunada.
El Ministerio de Salud no ha dudado de la seriedad del caso, por eso ha colocado la banderilla roja como señal de estado de alerta ante la epidemia de la fiebre amarilla que ha hecho escala en Colombia, Bolivia, Perú, Venezuela, Brasil y Guyana Francesa.
Dentro de las estrategias, Salud ha puesto sumo interés en que Migración redoble su esfuerzo para evitar el ingreso de ciudadanos indocumentados, además ha solicitado a las líneas aéreas cumplir con todos los requisitos relacionados con el movimiento de pasajeros para evitar al máximo una situación de peligro como la registrada en 1974. Cualquier empresa que no cumpla con las disposiciones será sancionada ejemplarmente.
La clave del éxito debe estar ligada la vigilancia migratoria, sobre todo porque es una realidad que hay ciudadanos que logran entrar al país ilegalmente.
Si los panameños no logramos controlar la llegada continua de indocumentados, tarde o temprano se destapará un caso, porque si una persona portadora de la enfermedad llega al país y es picada por el mosquito, éste se infecta y continúa propagando el mal a otras personas sanas.
Todos debemos colaborar con las autoridades y denunciar cualquier irregularidad por nuestro bien.
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PUNTO CRITICO |
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