Pareciera como si hubiera aprovechado la oscuridad de la noche para terminar de una vez por todas con su condena. Esto fue lo que probablemente pensaron los que encontraron a Jacobo Bermúdez Iglesias guindado en una celda de la cárcel La Joya.
Jacobo no pudo probar bocado ayer muy temprano. Un custodio y el policía interno no pudieron entregarle desayuno porque éste decidió ahorcarse probablemente porque atravesaba por un cuadro depresivo.
Al inicio de su presidio se encontraba en los pabellones tres y cuatro, pero su mal comportamiento obligó a la policía a mantenerlo aislado.
Bermúdez pagaba una condena de 20 años por homicidio. Al momento de su muerte, había pagado 7 años. |