El 22 de enero de 1987, la audiencia televisiva de Estados Unidos fueron testigos de un suicidio en vivo. El tesorero del Estado de Pensylvania, Robert "Budd" Dwyer, acusado de corrupción, convocó a una rueda de prensa en la que todos pensaban que anunciaría su renuncia. Pero esto fue lo que hizo: Leyó un texto preparado, abrió cuatro sobres, que contenían entre otras cosas una carta para su esposa y un carnet de donación de órganos, y luego sacó una Mágnum .357, con la que se disparó en la boca. Todo fue visto en vivo por miles de personas.