La juventud colonense también promueve las cosas buenas y productivas, como lo hacen jóvenes del Ministerio Restaurando Vidas en Arco Iris, corregimiento de Cristóbal en Colón, que presentaron en su noche de culto al ministro de Alabanza y Pastor Asociado, Héctor Montañez de Puerto Rico.
Kenaicha Write, estudiante cristiana del VI año del colegio José Guardia Vega y miembro del grupo de líderes juveniles de este Ministerio, reconoció que también la cultura se cultiva con promover la música de Dios.
Kenaicha dijo que en Colón están ocurriendo noticias que son muy positivas, cuando trabajan en la cultura que hay que incentivar para que no se pierda y, además, porque se les enseña a otros jóvenes que no todo está perdido, si se busca a Cristo.
UBICACION DE IGLESIA
La Iglesia Restaurando Vidas está ubicada en el antiguo Mercado Periférico, y realizan muchas actividades que promueven la cultura para que no se pierda el talento de los niños, jóvenes y adultos, ya que en su coro cuentan con niños muy pequeños desde los 6, 7, 8 años en adelante, que cantan a Dios.
El ministro de Alabanzas, Héctor Montañez, estuvo como invitado por el Pastor del Ministerio Restaurando Vidas, Víctor Castillo, quien señaló que el honor se lo llevan los jóvenes de ese ministerio que están contribuyendo en aportar a la cultura de Dios con la presentación de Ministros de alabanzas.
Montañez nació en Nueva York el 15 de septiembre de 1972, y desde los cuatro años de edad y luego del divorcio de sus padres, se trasladó a Ciales, Puerto Rico, junto a su madre Edna y sus hermanos Luis y José. Un tiempo después, su madre tuvo un encuentro con Jesucristo y empezó a instruir a Héctor en el camino del Señor.
Héctor estuvo en Colón acompañado de su esposa Débora, con quien comparte la música, ya que le acompaña en el coro.
A sus ocho años, Héctor comenzó a tocar guitarra en la Iglesia Mision Board de Ciales. Fue allí que comenzó su ministerio, con la primera guitarra que su mamá le regaló.
A pesar de haber sido instruido en la fe cristiana y haber tenido muchas experiencias con Dios desde su infancia, había en él incomprensión y cierta rebeldía por la falta de la figura paterna en su vida y su hogar. Sin embargo, en 1988, tuvo un reencuentro personal con Dios.
Héctor testifica que conoció a Dios no sólo como su Salvador personal, sino como su Padre Celestial. A los 16 años, comenzó a servir como guitarrista en el Ministerio de Alabanza de la Iglesia Ciudad de Refugio, en el pueblo de Morovis, Puerto Rico. Dos años más tarde, fue nombrado por sus pastores, Luis y Doris de Acevedo, como director de Alabanza y Adoración.