El sexo en la playa o en cualquier otro lugar no debe ser considerado necesariamente una perversión. Son expresiones que pueden darle un toque diferente a la relación y reactivar la chispa de la pasión.
Para algunos, la posibilidad de ser vistos y la adrenalina que les produce el momento, les resulta de gran excitación.
Eso sí, las leyes panameñas condenan estos actos, así que si piensas en aprovechar un paseo a la playa para cumplió tus fantasías, procura que no te vea un agente de la policía.