Cuatro años después de su última intervención en el Abierto de Australia, de ceder el título ante la estadounidense Jeniffer Capriati después de disponer de tres bolas de partido, la tenista suiza Martina Hingis retornó a Melbourne Park y se situó en la segunda ronda del torneo al vencer a la rusa Vera Zvonareva.
En tan sólo 65 minutos de dominio, Hingis resolvió su compromiso con un contundente 6-1 y 6-2 ante la 30 favorita, y accedió al segundo turno donde se las verá con la finlandesa Emma Laine, verdugo de la española Nuria Llagostera por parciales de 6-1 y 6-1, ayer.
La tres veces ganadora en Melbourne, y que ha disputado la final en seis ocasiones de forma consecutiva, se mostró con la misma inspiración de antaño, aunque eso si, falta de la potencia de otros momentos. No obstante su juego destrozó a Zvonareva, que en algunas ocasiones estuvo a punto de escapársele las lágrimas.
Hingis describió su regreso como algo increíble. "Me encanta la superficie y volver aquí. Este estadio ha sido muy importante para mi. Ahora mismo no sé ni que decir, dijo al público la suiza.
"Ahora tengo más hambre de triunfos que cuando tenía 17 y gané aquí", añadió la suiza, que admitió también que antes del partido se había sentido nerviosa. "Algunas veces tenía que recordarme a mi misma que debía mantenerme fría y centrada en el partido y en mi estrategia".
Al final de 2002, Martina decidió retirarse un poco porque sufría una lesión crónica en los pies. Además estaba hastiada de un deporte en el que con sólo 17 años era ya campeona de Australia, Wimbledon y US Open y finalista en Roland Garros.