Los capos del narcotráfico mexicano recluidos en una prisión que antaño fue considerada un penal modelo, mantenían el manejo de sus organizaciones a través de una red de complicidades y privilegios, que incluye el uso de teléfonos móviles y la entrega de fuertes sumas de dinero, según documentos revelados por la prensa.
Las pruebas de que el narcotráfico opera cómodamente en la prisión de máxima seguridad de "La Palma", en el central Estado de México, fueron encontradas en las últimas 24 horas luego de que 750 elementos del Ejército mexicano y de la Policía Federal Preventiva (PFP) tomaron el control de ese penal.
"Construir una guardería (infantil) tipo 'Jungle' afuera de Almoloya (municipio donde está 'La Palma'), que la gente que ande en Laredo si es gente del 'Chapo' o Arturo Beltrán que 'le den piso' (asesinar), que le digas al conta(dor) que mande 100.000 dólar al vecino 1 (Benjamín Arellano Félix)", reza una lista de 'pendientes' manuscrita por el preso Osiel Cárdenas Guillén, líder del cartel del Golfo (este), publicada por un diario.
Este documento, incautado al recluso en la minuciosa revisión que desde la mañana del viernes llevan a cabo las autoridades en "La Palma".