TEMAS DE ACTUALIDAD
Cuando bregar no es sinónimo de bogar ni de remar

Raymundo A. Moore W.
Era mediodía... el candente sol quemaba más allá a como los panameños estamos acostumbrados a sentirlo. Me encontraba en la parada de la Calle 17, justo en la esquina del Banco Nacional, esperando mi bus. Mirando de un lado a otro, curioso, de pronto veo a un hombre que empujaba una carretilla (de esas que se utilizan para movilizar cargas), transportando una difícil carga de más o menor 4 planchas de plywood que, a pesar de estar aseguradas con una soga, "el transportista" de esa carretilla hacía lo imposible para que no se le deslizaran a la calle. El incidente, que pudiera pasar por algo rutinario, fue un momento de profunda reflexión para mí, porque el día anterior, a través de un programa de televisión, la nota sobresaliente era un reportaje sobre la gente que recorre las diferentes rutas de los buses, para ofrecer calcomanías a cambio de una donación. Se trataba de la gente de REMAR a quienes (el programa en mención me lo recordó), el Municipio de Panamá entregaba la sustancial suma de B/.300,000 (¡trecientos mil balboas!) como subsidio a esa organización, para brindar atención a todos los indigentes (drogadictos en su mayoría) que dicho municipio recogía y entregaba a REMAR. Y pensé... "¡Vaya, este pobre hombre (el de la carretilla) está "pilando, a pleno sol, por su afrecho", mientras que otros, "paseándose" en los buses, lata en mano, buscan aumentar la suma que como ingreso fijo (300 mil rúcanos), REMAR recibe del Municipio de Panamá". Entonces, ¿dónde encontrar realmente la conexión entre bregar, bogar y remar, si en la primera instancia nuestro "carretillero" es el que verdaderamente está bregando, a "rejo sol", en su afán por llevar el sustento a su casa, mientras que los "ejecutivos" de REMAR, que son realmente pasajeros de lujo de los buses de ruta, tienen asegurados sus "tres golpes" con sólo fastidiar todo el día, todos los días, a los pasajeros del transporte público colectivo, donde ya no sólo se les ve en los buses "diablos rojos", sino también, y desde ¡muy temprano!, en las "chivas" (coasters). La conclusión que saco de todo este enredo de los pregoneros de los "buenos días, que Dios me los bendiga", es que la ciudadanía ya está harta cansada de esos recaudadores/predicadores que, utilizando "La Palabra" (su palabra), pretenden mostrar una moral que en realidad carece de autenticidad, por que lo suyo nada más son líricas aprendidas a la fuerza para, intencionalmente, cautivar y conmover a todos aquellos que (ellos saben) son débiles de mente. Y no lo duden, cuando de ayudar al prójimo se trata, es verdad, los panameños somos bien "maniflojos", pero cuando se abusa de nuestra bondad y de nuestra buena fe, entonces bregar deja de ser sinónimo de bogar y remar, porque, como ya lo señalé, aquí el que brega es nuestro carretillero, y los que reman, perorando y haciendo ejercicios subiendo y bajando de los buses, son los ya mencionados "ejecutivos" de REMAR que viajan, sin pagar, en el transporte público colectivo. 2001 -Año de la Biblia ¡Au Revoir!
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