Mier. 13 de enero de 1999

 








 

 


EDITORIAL
Debates electorales

En las competiciones electorales contemporáneas toman palco y asiento relevante los debates entre los aspirantes a cargos de elección, de manera que en tales encuentros de opinión, los candidatos expongan con amplitud, sin cortapisas, ni recelos, sus criterios en torno a los temas y asuntos de sensitivas consideraciones, que devienen en apoyos o disentimientos de los ciudadanos.

Los debates electorales permiten a los auditorios discernir y asentar preferencias, valorizando los argumentos y las razones de las exposiciones, y en tal derrotero constituyen importante contribución política que reforza militancias e invita a engrosar las membresías partidarias.

En los comicios de 1994 existieron distorsiones sensibles en la presentación de los debates políticos; los mecanismos que reglamentaron sus organizadores conducían a estrechar el marco de las ideas y reducir las intervenciones, para concluir en un elitismo selectivo, que rechazaron algunos de los invitados.

De igual manera, con equívoca actuación, personas de escaso valor civilista, acudieron a los encuentros con el propósito de introducir cuestionamientos de aberración y censura.

Ahora, en el camino de la lucha electoral que renovará los cargos de mando electivos, a discernirse en los comicios de mayo venidero, se materializa el compromiso de debatir antecedentes partidarios, vocear programas y planes de gobierno de las candidaturas en competencia; situación que resulta de gran valor y conveniencia al desarrollo ideológico de los electores quienes adquieren así conocimientos y afirman las preferencias de sus opciones.

Los debates que hayan de realizar los aspirantes presidenciales deben rodearse de garantías y protecciones, de manera que el tono de las exposiciones corresponda a expresiones de altura; de transparencia conceptual; de ascenso académico y político. En tal sentido, todos los candidatos inscritos deben tener acceso a la tribuna, y asimismo recibir el tratamiento cortés y decoroso que sus investiduras ameritan.

Conviene recordar que Panamá vive momentos de sensitiva trascendencia, cuando la perfección soberana y la reversión geográfica y canalera acontecerá en el decurso del calendario de fin de siglo; realidad que exige de los panameños de conciencia patriótica, de altura de miras, consolidar unitaria voluntad, que permita cumplir el reto histórico y renovar el camino de ascenso republicano que impulsó la creación del estado nacional.

 

 

 



 

AYER GRAFICO
Los estudiantes del Instituto Nacional que iniciaron la gesta del 9 de enero


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, apoyo la descortesía en el manejo


OPINIONES




 

 

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