Un encendido debate se generó en Perú tras la frustrada insurrección del mayor retirado del ejército Antauro Humala, acerca de si el motín fue una acción terrorista, como sostiene el presidente Alejandro Toledo, o un acto de rebelión, como arguye el líder de la asonada.
Para el gobierno, el Movimiento Etnocacerista de Humala es una organización "terrorista, fascista, paramilitar y fundamentalista", afirmó Toledo, quien anunció que su gobierno perseguirá a los dirigentes y militantes etnocaceristas para acusarlos de promover el terrorismo.
Isaac Humala, padre de Antauro, quien visitó a su hijo en los calabozos de la policía antiterrorista, dijo a la AFP que ante la acusación del gobierno su hijo "no va a contestar ninguna pregunta al interrogatorio al que lo sometan porque el cargo que se le imputa es absurdo".
Sostuvo que su hijo le manifestó: "no puedo rebajarme a contestar una estupidez".
El líder del asalto a la comisaría de Andahuaylas, al sudeste del país, también se ha declarado un "prisionero de guerra" y considera que el delito que cometió es el de rebelión o sedición, añadió Isaac Humala.
La asonada que se inició la madrugada de Año Nuevo y que se prolongó por cuatro días dejó cuatro policías y dos rebeldes muertos, así como 14 heridos.