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EDITORIAL
Juventud drogadicta
Preocupante es conocer la información divulgada recientemente de que en colegios particulares de la ciudad de Panamá hay una mayor incidencia en el consumo de drogas entre los estudiantes, peor que en el caso de los alumnos de entidades educativas públicas.
Así lo señaló la Directora Nacional de Educación Preventiva Integral del Ministerio de Educación, María del Carmen Calenkeris, durante la presentación del informe de CONAPRED, destacando que el hecho es preocupante y lo califica de "consumo elevado, pero no masivo".
Dicho informe, en el cual también participó la Organización de Estados Americanos (OEA), detalla que la juventud corre el riesgo de perderse en el vicio de los narcóticos y dejar a lado su productividad como potencial ciudadano de bien.
Esto significa que las drogas no sólo afectan a hogares humildes, sino que igualmente a los hijos de familias acomodadas y de un status de vida elevado. En las escuelas privadas, el silencio y el temor al que dirán antes estos casos se ha mantenido en secreto casi absoluto la realidad de una enfermedad agobiante que amenaza con destruir a esta nueva generación de panameños.
Las repercusiones de esta investigación nos revelan que la juventud está en crisis y que urge atender con rapidez a los descarriados, antes que afecten a todo el sistema educativo nacional.
Sumado a los casos de violencia entre estudiantes y la guerra de bandas entre colegios, que en el año pasado sobrepasaron los límites de la tolerancia y la tranquilidad en las aulas de clases, el asunto de las drogas en las escuelas tiende a afectar a la sociedad, así como al futuro de nuestra Patria.
Es imperante que nuestras autoridades tomen cartas para resolver esta cuestión. De igual modo, se requiere la cooperación de los padres y acudientes de los alumnos para mitigar esta problemática, antes que se salga más de control.
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PUNTO CRITICO |
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