Al pueblo panameño a cada momento tratan de engañarlo con falsas promesas de prosperidad. Y al parecer hay muchos tontos que se tragan esos cuentos.
Ya tuvimos uno con el cierre de fábrica de gasolina en Colón. El combustible no ha bajado su precio en ningún momento.
Otro cuento fue la famosa ley de medicamentos, que buscada abaratar las medicinas.
Luego de meses de aprobada la ley, las medicinas siguen siendo una de las más caras de Latinoamérica.
Ahora el nuevo cuento es el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, Taiwan, El Salvador, etc.
Lo que no se dice es que esos Tratados pueden afectar a nuestros trabajadores, que están en condiciones de competir con los países más desarrollados.
Y eso que no se toma en cuenta que hay gobiernos que subsidian a sus agricultores, lo que no sucede en Panamá.
Cuando le dije a unos alumnos de periodismo que con un TLC podrían venir a trabajar a Panamá, sin obstáculos, periodistas extranjeros, se quedaron mudos de asombro.
Sencillamente no habían pensado en esa posibilidad. Igual puede ocurrir con abogados, ingenieros, doctores, profesores, etc.
Panamá no es un país productor, eso lo saben muchos.
No podemos aprovechar nuestras "industrias" y fincas para inundar de productos sin impuestos a los países de esos Tratados.
Una persona que está clarita en esto es el maestro sastre Augusto Corro. Me insistió que en un año han cerrado dieciséis fábricas de ropa y hora la traen del exterior.
Decenas de hombres y mujeres quedaron sin empleos.
Veamos con cuidado estos tratados de Libre Comercio, para que el pez más grande no se coma al chico (que somos nosotros).
Por otra parte, me enteré que nuevamente está funcionando el oleoducto en Chiriquí. Esto producirá miles de balboas en impuestos para varios municipios de poblados pequeños.
Que no se alegren en esos pueblitos. El asunto no es que reciban mucho dinero... sino de cómo lo usarán.
Años atrás también fueron inundados con miles de balboas de impuestos del oleoducto. Me dijeron que en algunos casos la plata se gastó en aumentar la burocracia en los municipios. |