Markus Konraid, de 48 años, está vivo de milagro. Es dueño de unas cabañas turísticas en la Costa Arriba de Colón, donde cuatro hombres y una mujer pidieron hospedaje, quienes no pagaron con dinero, sino con balas.
Le metieron tres tiros: uno en la quijada, que le hizo perder diez dientes; otro en el hombro izquierdo, y el último en el brazo derecho. Hay dos sospechosos detenidos. |