Muchos panameños, principalmente los más jóvenes, no conocen la inmensa riqueza cultural que adorna nuestros campos. Inclusive, cada región y pueblo de la nación panameña tiene sus rasgos muy característicos, su comida, sus maneras de hablar, sus bebidas y tradiciones.
Debemos todos preocuparnos por aprender de estos modismos y maneras de ver la vida de nuestra propia gente. Hay cultura, subcultura y hasta contra culturas en nuestros sectores, y todas es menester conocerla. Es inconcebible que muchos de nosotros apenas sepamos de la cultura citadina, o la de nuestro pueblo en particular, y nos hemos desconectado del resto de nuestra sociedad.
Y no hablemos únicamente de los indígenas, los afroantillanos, o los oriundos de poblados representativos como Las Tablas, Colón o Chiriquí. Se trata de las regiones, en todos los puntos del país, por más insignificantes que parezcan, porque cada uno de estos tiene su manera muy particular de conducirse ante la vida.
Ustedes se preguntarán ¿Y por qué debemos saber todo esto? Porque esta es la única forma de querer el terruño. Porque no es posible que extranjeros hayan escritos libros y libros sobre nuestros aborígenes y nuestras culturas campesinas, mientras nosotros desconocemos todo. Porque para se panameño no basta haber nacido aquí, debemos haber vivido la panameñidad en pleno. ¡Carajo! |