Los estudiantes estaban curiosos sobre algo que pronto los afectará.
Se trataba de plata, por supuesto. Varios querían saber los sueldos que reciben los periodistas y otros profesionales.
Ellos están terminando la carrera, y ya piensan en encontrar empleos y unirse a la fuerza laboral del país.
Se le dio una orientación basada en la realidad panameña y la experiencia de trabajo que tenemos.
Lo que fue algo incómodo, ocurrió cuando mostraron curiosidad por conocer lo que uno ganaba como docente universitario.
Luego de años de estudio, ganar un concurso de cátedra y más de treinta y cinco años de trabajo, mi sueldo es alto si consideramos la escala de salarios del país.
Eso lo ganamos bastantes profesores en la Universidad, pues lógicamente no soy el único tiempo completo, regular, con muchos años de servicio.
Recordé que el año pasado la prensa divulgó informes estadísticos de la Contraloría, sobre los sueldos que ganan los panameños.
Esos documentos se los pongo como examen a mis alumnos y causan extrañeza en varios de ellos.
Allí se nota la mala distribución de la riqueza, en un país como Panamá que tiene ahora la mejor economía de Latinoamérica (según dicen los del gobierno).
La mayoría de los panameños tienen sueldos que van de doscientos cincuenta balboas a cuatrocientos.
Ellos son la tercera parte de todos los asalariados.
Uno de cada cinco panameños recibe sueldos que no pasan de los cientos setenta y cuatro balboas al mes. Ellos están especialmente en el interior.
¿Se puede vivir en Panamá con sueldos de menos de ciento setenta y cinco balboas al mes? ¡Lo dudo!
Vayamos ahora a los que reciben buenos sueldos, cosa que interesaba mucho a mis alumnos de periodismo.
Menos del uno por ciento de los trabajadores panameños gana tres mil y más balboas al mes. Allí se encuentran el presidente, ministros, magistrados, diputados, ejecutivos de empresas privadas, médicos especialistas, profesores regulares de la Universidad, y otros profesionales.
Recordé a los alumnos que uno al comenzar a trabajar recibe un salario pequeño. Luego va aumentando el sueldo con mayores obligaciones y estudios.
Al final, no es lo que uno gane trabajando honestamente, sino cuánto va a gastar al mes...