Luego de un lustro de retórica antinorteamericana y de múltiples intentos para disminuir la influencia comercial y energética estadounidense en Venezuela, la supervivencia de la economía del país suramericano paradójicamente continuará dependiendo cada vez más de su vinculación con su vecino del Norte, de donde Caracas extrae el grueso de sus ganancias para sostener la llamada revolución chavista, indicaron expertos.
Casi el 70% de la producción petrolera venezolana, que en total asciende a 803,000 millones de barriles anuales, es enviado puntualmente al mercado energético norteamericano, generando para Venezuela un formidable flujo de dólares.
De hecho, el canciller venezolano, Ali Rodríguez, anunció que Venezuela se propone ''incrementar el flujo energético'' hacia Estados Unidos para los próximos cinco años, dentro de un plan que busca duplicar la producción petrolera a 5 millones de barriles diarios.