La escritora británica J.K. Rowling leyó por teléfono extractos del cuarto libro de Harry Potter, cuando aún no lo había finalizado, a una niña estadounidense que estaba a punto de morir de cáncer.
Ahora, la más exitosa autora de libros infantiles del mundo, ha donado 100.000 dólares a un fondo especial creado en memoria de Catie Hoch para ayudar a otros jóvenes víctimas del cáncer.
"Ella dejó huellas en mi corazón", dijo Rowling al referirse a la niña, una de las más devotas seguidoras del niño mago. Catie murió en mayo del 2000 a la edad de nueve años.
La noticia sobre el gesto de Rowling con la chica moribunda -- primero por correo electrónico y luego con la lectura por teléfono -- fue revelada a la prensa de Gran Bretaña por la madre de Catie, Gina, quien espera que esto aliente a más donaciones al fondo a través del sitio de Internet http://www.catiehochfoundation.org.
Hoch leyó los primeros tres libros de Harry Potter a Catie y luego escribió por correo electrónico a los editores del libro para preguntarles cuándo iba a salir el cuarto, pues temía que el tiempo se estaba agotando para su hija.
Rowling envió un correo electrónico a Catie con algunos extractos de su cuarto libro, "Harry Potter y el cáliz de fuego", y luego le llamó por teléfono a Albany, en Nueva York, para leer fragmentos.
"El rostro de Catie se iluminó", recordó su madre.
Después de la muerte de la niña, Rowling envió un mensaje a sus padres para decirles: "Me considero privilegiada por haber tenido contacto con Catie (...) Estoy llorando tanto como escribo. Ella dejó huellas en mi corazón". |