Cuando se publicó el bestseller “Los Niños del Brasil”, novela que narraba el descabellado plan de los nazis por crear un “clon” de Adolfo Hitler en un remoto paraje de Sudamérica, la gente pensaba que era toda una locura, que jamás se lograría esa proeza y que nacería un monstruo.
Crear una copia exacta de un ser humano, en especial un personaje famoso, resultaba un capricho de los científicos por lograr el poder de cambiar la genética humana y apoderarse del don de la vida. Sin embargo, la ética y la ciencia todavía rechazan que hacer un duplicado de una persona sea una buena idea, más aún en una sociedad marcada por fetichismos, secuelas discriminatorias y el materialismo.
Hace poco nació el supuesto primer clon humano; para colmos, es una niña. La secta de los científicos raelianos (creyentes de que la vida en nuestro mundo provino de las estrellas, gracias a la intervención de fuerzas extraterrestres) aduce que logró copiar genéticamente a una persona muerta, diseñando un ser viviente humano en la figura idéntica de la bebé de familia norteamericana.
Cabe preguntarse las consecuencias terribles que significa el nacimiento de un clon humano. De las mismas, hay muchos puntos en contra de la formación artificial de un ser de forma humana como veremos:
Primero, ¿este clon, si se comprueba que es una copia exacta de otra persona, tendrá alma propia? ¿será acaso la reencarnación de la persona muerta, del cual se copió su ADN y se diseñó genéticamente? Por supuesto, pienso que los “clones” son seres con alma propia, con sentimientos y deseos de vivir, pero siempre estarán estigmatizados por algo simple, muy devastador: SERÁS SIEMPRE LA COPIA DEL PRIMERO, DEL ORIGINAL.
Segundo: Hay que ver los efectos de clonar a un ser humano. La razón está en el caso de la oveja “Dolly”, el primer ser viviente clonado en la historia. Al parecer, el ADN de la oveja británica tiene rasgos que hacen que se copie la edad del ser original, en el momento de ser obtenido su escala genética. La oveja es una mutación, pues ahora sufre de artritis, se ha vuelto vieja prematuramente, y se desarrolló con defectos de crecimiento.
Esa consecuencia penderá sobre la vida de la clon “EVA”, bautizada así por la secta raeliana. ¿Sufrirá el clon humano las mismas consecuencias de edad avanzada que la oveja “Dolly”?
Tercero: el clon humano será visto como un fenómeno de circo, al mejor estilo del “Hombre Elefante”. Mientras que el clon sufrirá al estar siempre bajo la sombra del ser original, puede ser objeto de carecer los mismos derechos humanos que el resto de la sociedad. El clon es un ratón de laboratorio y hasta una patente científica puede determinarle su destino en la vida.
Finalmente, advertimos que los clones serán pronto utilizados para fines nada bueno. Los militares en Estados Unidos, Rusia, China Popular y uno que otro país con deseos de conquista, creará “ejércitos de soldados clones” para dominar a las naciones vecinas, sin la necesidad de reclutar a ciudadanos civiles.
Quien pensó que George Lucas, de “La Guerra de las Galaxias”, era un demente por siquiera sugerir en su aventura espacial que se pudiera hacer copias humanas para fines militares, se equivocó del todo. Ahora esa puede ser una realidad fatalista, gracias al capricho de los científicos de la “Nueva Era”. |