Ajustado a nuestra tradición, cultura y raíces hispanoamericanas, el hidalgo y cristiano pueblo panameño recibe, con gran júbilo y pletórico de esperanzas, el Año Nuevo 2009.
Al recibir el Año Nuevo, los istmeños esperan que nuestros sueños y sentidas aspiraciones se hagan realidad.
Con fe inquebrantable en nuestro Dios y leales a la excelsa panameñidad, se hace imperativo en el presente que todos los ciudadanos de la República, sin distingos odiosos, gobernantes y gobernados, ricos y pobres luchemos tesoneramente, con honestidad, dinamismo y sensibilidad social, a fin de perfeccionar la estructura de nuestra particular democracia y brille el sol de la justicia social en todos los hogares del Istmo.
El pueblo en el 2009. tiene la responsabilidad histórica de escoger a sus nuevos gobernantes y ojalá se haga el milagro que escoja a los mejores según sus virtudes ciudadanas y exija al Estado unas elecciones cristalinas en que se respete la voluntad popular.
El Gobierno actual y el venidero, dejando la demagogia a un lado, deben luchar para erradicar la violencia criminal, la corrupción, los salarios y pensiones irrisorias, la desocupación, la carestía de la vida, el hambre y la miseria, la inmoralidad y los vicios, el control de nuestras fronteras y haga cumplir y cumpla con la Constitución, el Código de Trabajo y demás leyes de la Nación.
Con fe firme en el porvenir, enfrentándonos valientemente a los embates y penurias de nuestra existencia y augusto destino, en procura de buscarle justa solución a la problemática nacional, todos los panameños, contando con la bendición de Dios, debemos ser estoicos y contribuir afanosamente con nuestros esfuerzos físicos y mentales a la consolidación de nuestra libertad y soberanía, se cristalice nuestra emancipación social e independencia económica.
Que el Dios de las naciones bendiga a Panamá y que todos los panameños disfruten de un Feliz y Próspero Año Nuevo.