|
EDITORIAL
Otro crimen sin aclarar
El 29 de noviembre de 1969, v�ctima de salvajes torturas, fue asesinado en la isla de Coiba el dirigente universitario Floyd Britton Morrison. El m�dico del penal, Dr. Fabio Velarde, certific� que hab�a muerto de un s�ncope card�aco. El cad�ver de Britton no fue entregado a su padre cuando fue a reclamarlo. Sin embargo, en una confusa y ama�ada investigaci�n, se dijo que estaba enterrado en Coiba, pero esto nunca se aclar� debidamente porque est�bamos en tiempos de la dictadura y no hab�a inter�s porque se conociera la verdad. Eloisa Fern�ndez, esposa de Britton, inform� que el dirigente estudiantil estuvo preso un a�o en la C�rcel Modelo antes de ser trasladado a Coiba. Mientras tanto, el poeta Alvaro Men�ndez Franco relat� a un semanario de la localidad, los vej�menes y torturas a que fue sometido Britton, incluso, de su propio cu�ado que intervino supuestamente en la paliza con que se ultim� al l�der estudiantil. El asesinato de Britton levant� un estandarte porque en el fondo se trataba de un pase de factura de un rabioso anticomunista como lo era el jefe del G2 de la Guardia Nacional, ya que Britton no pertenec�a al Partido Paname�ista (Arnulfista) y era cuesti�n de militares golpistas contra el gobierno civilista reci�n derrocado. Floyd Britton se ha convertido en un s�mbolo de la lucha estudiantil y de liberaci�n nacional. Aunque su ideolog�a era filocomunista, los militares no ten�an ning�n derecho a asesinarlo, sobre todo, porque no estaba envuelto en el conflicto de Torrijos y Mart�nez contra Arnulfo Arias. Por eso cuando hay protestas de cualquier g�nero, se nota el despliegue de las banderas amarillo y rojo que identifican la causa y movimiento que recuerda a Floyd Britton. As� como la desaparici�n del padre Jes�s H�ctor Gallego no ha sido aclarada, est�n otros cr�menes sin castigo cometidos por la dictadura militar. Y a�n as� hay ciudadanos adictos a los cuarteles que tratan de despertar nostalgias por esa �poca de la tiran�a que no la merece. Aunque pasen los a�os, si la justicia terrenal no cumple su cometido, el juicio de la justicia divina caer� sobre estos despiadados asesinos que reinaron en un per�odo de oscurantismo en la patria paname�a.
|
PUNTO CRITICO |
 |
|
