Inmerso en un mar de dudas y sometido a una crítica constante, el Barcelona regresa hoy al calor del Camp Nou para recibir al Betis en su intento de acercarse al líder, el Real Madrid, e imponer en el campeonato la hegemonía que se le suponía en verano.
En sus últimos partidos el equipo de Frank Rijkaard ha salido adelante por la inspiración de sus estrellas, más que por el juego colectivo que le encumbró hace dos temporadas. Si no es Messi, es Ronaldinho quien salva el resultado. Y entretanto, se sigue esperando la explosión de Henry y la vuelta de los lesionados, como Etoo o Deco.
El propio Rijkaard le ha enviado un mensaje a su plantilla: ante ciertos rivales, especialmente fuera de casa, el equipo debe olvidarse de la estética para sumar puntos. En definitiva, más sacrificio aun a costa de que el juego del equipo pierda glamour. Más allá de la estadística, el Barcelona afronta el encuentro con ciertas dudas. Las que ha generado su juego en los últimos partidos y las relacionadas con la presencia de Thierry, de nuevo entre los llamados pero con molestias. El Betis afronta el partido con la urgencia de ganar y romper la mala dinámica que ha situado al equipo igualado a puntos con los puestos de descenso.