Las plazas del centro de Asunción se han convertido en asiento permanente de manifestantes y tres de ellas son campamentos improvisados de centenares de indígenas, campesinos y simpatizantes del ex general golpista Lino Oviedo.
Entre los acampados los discursos son grandilocuentes, unos dicen que sólo la liberación de Oviedo (condenado a diez años por una intentona golpista en 1998) puede salvar la democracia paraguaya y otros repiten palabras del que fuera presidente francés Francois Mitterrand sobre los pueblos indígenas americanos.
Fuentes del Partido Unión Nacional de Ciudadanos Eticos (UNACE), que lidera Oviedo, dijeron a EFE que en la concentración que comenzó el pasado domingo participan durante el día unos 6.000 seguidores del ex jefe del Ejército, de los cuales alrededor de 1.500 proceden de localidades del interior del país y pernoctan en la plaza en carpas improvisadas.
Los manifestantes, además de la liberación de Oviedo, exigen a la Justicia celeridad en los procesos abiertos contra el ex general, que cumple condena en una prisión militar por liderar un intento de golpe de Estado el 26 de abril de 1996 contra el entonces presidente Juan Carlos Wasmosy. Oviedo, que regresó a Paraguay el 29 de junio de 2004 tras haber permanecido más de cinco años en Argentina y Brasil, está procesado como instigador del asesinato del vicepresidente Luis Argaña, el 23 de marzo de 1999, y la muerte de 7 jóvenes en la revuelta que siguió a ese hecho.