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SURAMERICA
Paraguay da un t�mido primer paso hacia privatizaci�n de entes p�blicos
Asunci�n
AP
Con la aprobaci�n de la ley que privatiza tres de las 16 empresas reforma estructural, en momentos en que esta capital se ve invadida por campesinos sin tierra, mendigos ind�genas y obreros en huelga. Tras ocho meses de penoso debate, el congreso aprob� una ley que dispone la venta directa o capitalizaci�n de los entes que administran los servicios telef�nicos, el acueducto y los ferrocarriles. Las tres compa��as han sido hist�ricamente como un bot�n de guerra del gobernante Partido Colorado, en el poder en forma ininterrumpida desde 1947. S�lo sus afiliados pod�an y pueden a�n hoy ser empleados en ellas. Los pol�ticos oficialistas las han utilizado de manera prebendaria para asegurarse votos en las elecciones pero no han podido frenar, a lo largo de 53 a�os, su crecimiento desmesurado. Para su privatizaci�n s�lo falta ahora que, en dos o tres meses, se convoque a una licitaci�n nacional e internacional para recibir ofertas por esas empresas. El recientemente destituido ministro de Econom�a, Federico Zayas, advirti� a Gonz�lez Macchi que las finanzas del estado est�n ya agotadas y "no puede seguir soportando la carga de 200.000 funcionarios p�blicos. O reformamos el estado o colapsamos". Aparentemente, la sinceridad de esas declaraciones ocasion� su destituci�n. El senador Gonzalo Quintana del Partido Liberal Radical Aut�ntico, el principal de la oposici�n parlamentaria, afirm� que en los �ltimos doce meses "dict� m�s de 200 conferencias y charlas en el interior del pa�s promocionando la necesidad de la reforma del estado pero la cosa no termina con las privatizaciones". "El pa�s necesita reformarse en forma amplia, debe sincerar su presupuesto general de gastos. Tenemos un d�ficit alarmante en educaci�n y salud", apunt�. El actual ministro de Econom�a, Francisco Oviedo, explic� que el 52% del presupuesto del estado se dedica al pago de salarios. Los 200.000 funcionarios estatales incluyen 15.000 soldados, 8.000 polic�as, 50.000 maestros y decenas de miles de empleados de ministerios y entes descentralizados o aut�nomos. La prensa y el empresariado aplaudieron la aprobaci�n de la ley de la reforma, pero ello no ha disminuido la pobreza evidente en toda la naci�n. En el interior, extensas propiedades privadas son invadidas diariamente por los denominados "sin tierra", quienes, una vez asentados, reclaman del gobierno la expropiaci�n de los terrenos. Decenas de esos campesinos invadieron la capital para reclamar la entrega de tierra en diferentes zonas del pa�s. Los "sin tierra" viven en las peores condiciones, bajo carpas erigidas en las plazas del centro o en los alrededores de los templos cat�licos. Asunci�n, convertida de hecho en un campamento de refugiados, no s�lo ofrece im�genes lastimeras de ni�os que piden limosnas por las calles, sino tambi�n de obreros en huelga de hambre como protesta por su despido debido a la recesi�n econ�mica y, �ltimamente, de grupos de diferentes etnias ind�genas que reclaman la devoluci�n de sus tierras ancestrales.
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