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CRIMENES FAMOSOS
Demasiadas damiselas

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Max Haines

Tengo que regresar al a�o 1892 para presentarles a James Canham Read, quien viv�a en peque�as ciudades y poblados alrededor del viejo y buen Londres en la Alegre Inglaterra. No contento con tener una mujer a su entera disposici�n, Jimmy se las arregl� para tener un total de cuatro miembros del sexo opuesto relativamente felices y alegres al mismo tiempo.

Para empezar, estaba la Sra. Read, quien amaba a Jimmy. Sabemos por un hecho que �l no le disgustaba a ella. De otro modo, por qu� tendr�a ella, cu�ntenlos, ocho peque�os Read corriendo por la casa. La Sra. Read cocinaba, limpiaba y lavaba en grandes cantidades. Enfrent�moslo, llevaba una vida que era un infierno.

Era un brillante y soleado d�a de verano de 1892, cuando Jimmy, casi por accidente, conoci� a la Sra. de John Ayriss. Ahora yo deber�a decirles desde el principio que la Sra. Ayriss estaba cargada con cuatro descendientes propios. Podr�a a�adir que aunque diminuta en estatura, era extremadamente bien dotada, un atributo que le daba calificaciones elevadas en la lista de caracter�sticas deseables de nuestro muchacho. No le llev� mucho al alto, moreno y buen mozo Jimmy acostarse con la tan recientemente honrada Sra. Ayriss.

Alrededor de un mes despu�s de su primer encuentro con la Sra. Ayriss, el exuberante Jimmy estaba caminando del brazo con ella por Clapham Common cuando, por la m�s pura de las coincidencias, se encontraron con la hermana de la Sra. Ayriss, Florrie.

Bien, ahora, qu� puedo decirles. La Sra. Ayriss era adorable, pero Florrie era a�n mejor. Era hermosa, impactante y deslumbrante todo en uno. Jimmy dio una mirada y decidi� que dos hermanas eran mucho mejor que una.

Le llev� una semana, pero vali� bien la pena. Florrie result� tener una natural afinidad para el placentero juego del amor. Por alrededor de un a�o, Jimmy la tuvo a la Sra. Read en casa con sus interminables tareas y sus ocho hijos, y tambi�n para complacer a Jimmy en su escaso tiempo libre. Mientras tanto, �l disfrutaba de una �ntima relaci�n con la Sra. Ayriss y su hermana Florrie.

Jimmy trataba a sus tres damas con un alto grado de ternura y respeto. Al mismo tiempo, ninguno de los amores en la vida de Jimmy sospechaba que ella no era su solo y �nico amor.

Los infiernos se desataron cuando la Sra. Ayriss descubri� que Jimmy estaba durmiendo con, de todas las mujeres del mundo, su querida hermana Florrie. Amigos, la Sra. Ayriss estaba en un aprieto. Despu�s de todo, cuando le eres infiel a tu marido, no es de buen gusto chillarle a tu amante por revolcarse en la cama con tu hermana. La Sra. Ayriss decidi� que la discreci�n era la mejor parte del valor y mantuvo su boca firmemente cerrada.

Jimmy, ignorante de la intriga que remolineaba alrededor suyo, manten�a una aguda vigilancia por si aparec�an probables candidatas para a�adir a su har�n. Porque la suerte lo quiso, acert� otra vez. La Srta. Kemper era una personita joven y bonita, con un trabajo bien retribuido en una confiter�a. Jimmy se present� como el viajante de comercio Edgar Benson. La Srta. Kemper pens� que no s�lo era buen mozo, sino tambi�n encantador.

En un abrir y cerrar de ojos, ella estaba compartiendo un apartamento con Jimmy, sin pensar ni por un instante que ella era s�lo una de cuatro mujeres que dispensaban placeres sexuales al pillo que le aseguraba exclusivo e inmortal amor hacia ella en toda oportunidad.

Qui�n sabe cu�nto tiempo este arreglo cansador, pero extremadamente agradable podr�a haber durado si no hubiera sido por la desconsiderada Florrie, quien un d�a lo hizo sentar a Jimmy, lo mir� fijamente a sus lindos ojos azules y declar�, "Voy a tener un beb� y es tuyo".

Jimmy no tom� la noticia bien. Sin duda Florrie a su debido tiempo informar�a a la Sra. Ayriss de su estado delicado, lo cual precipitar�a una explosi�n reminicente al volc�n Etna en su peor momento. Adem�s, Jimmy ya ten�a ocho hijos, que para su modo de pensar, eran m�s que suficientes. Hab�a s�lo una soluci�n a su problema inmediato. Florrie deb�a ser eliminada.

El 24 de junio de 1893, Jimmy se encontr� con Florrie, ostensiblemente para hablar sobre su problema. El rom�ntico Jimmy llev� a Florrie el domingo a un paseo de enamorados cerca del poblado de Prittlewell. Esper� hasta que Florrie estuvo dedicada a admirar un p�jaro asentado en un �rbol cercano para apuntar un arma a la parte de atr�s de su cabeza y matarla instant�neamente.

Procedi� a tirar el cuerpo de su antigua amante por sobre un cerco de arbustos. Jimmy entonces pas� toda la noche caminando hacia Londres. A las 8 de la ma�ana fue lo suficientemente astuto para llamar a un amigo. Luego se lav�, se afeit� y se regal� a s� mismo con un desayuno de arenques ahumados y huevos. A las 10 de la ma�ana del lunes, Jimmy fue a su oficina de la Royal Albert, en los muelles, donde estaba empleado como oficinista. Una cosa era tratar de cubrir sus huellas, pero en lo profundo de su fr�o coraz�n Jimmy sab�a que el cuerpo de Florrie ser�a encontrado y que �l ser�a interrogado. Para prevenir esta eventualidad, Jimmy plane� convertirse permanentemente en Edgar Benson. Para financiar esta estratagema, extrajo 160 libras de la caja de seguridad de la compa��a, lo cual incidentemente representaba m�s que su salario anual. Jimmy dej� su oficina y corri� hasta Rose Costtage en Mitcham, donde su adorable Srta. Kemper lo estaba esperando con los brazos abiertos.

Ese mismo lunes, la Sra. Ayriss intent� comunicarse con su hermana. Cuando no la encontr�, inform� a la polic�a que se hallaba desaparecida. El informe de su desaparici�n coincidi� con el descubrimiento del cuerpo de Florrie detr�s del cerco en Prittlewell.

Les llev� a las autoridades s�lo cuatro d�as rastrear a Jimmy, ahora sospechoso de ladr�n y asesino, hasta Rose Cottage, donde fue arrestado y acusado de asesinato.

S�lo podemos asumir que la Srta. Kemper estaba sorprendida, as� como tambi�n enfadada al descubrir que su Edgar no era Edgar en absoluto.

El 13 de noviembre de 1894, Jimmy fue juzgado por el asesinato de Florrie. Aunque la evidencia en su contra era circunstancial, la Corona present� un caso convincente. Una tal Sra. Kirley jur� que hab�a visto a Jimmy en la noche fatal cerca de la escena del crimen. Otro testigo, el Sr. Douthwaite, dijo que hab�a visto a Jimmy y Florrie caminando del brazo, pr�ximos al cerco donde el cuerpo de Florrie fuera encontrado m�s tarde. Como si estos entrometidos no fueran lo suficientemente peligrosos, aparentemente Jimmy, mientras caminaba en la oscuridad hacia Londres, hab�a preguntado a varios individuos la ruta correcta. Uno de esos extra�os result� ser un agente de polic�a.

En defensa de Jimmy, su abogado se�al� que no hab�a evidencia de que Jimmy fuera el padre del ni�o por nacer de Florrie. El arma asesina no hab�a sido encontrada, ni hab�a ninguna prueba de que Jimmy hubiera alguna vez pose�do un arma. No fue suficiente. El jurado deliber� s�lo 30 minutos antes de encontrar a Jimmy culpable de asesinato. Todas las apelaciones fallaron. James Canham Read jur� ante todos que era inocente. Y lo continu� jurando hasta el 4 de diciembre de 1894, d�a en que fue ahorcado en la Prisi�n de Springfield, Chelmsford.

 

 

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James Read estaba siempre en busca de probables candidatas para a�adir a su har�n.

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