El cierre ayer de las cantinas en el distrito de La Chorrera causó gran malestar a los propietarios que no dudaron en cuestionar la decisión del alcalde, Javier Herrera, quien aclaró que todo se debió a un mal entendido de parte de las unidades policiales al interpretar mal un decreto alcaldicio que prohibe libar licor en la vía pública.
Uno de los afectados fue Melquiades Herrera, quien dijo estar molesto porque la medida nunca les fue comunicada hasta ayer en horas de la mañana cuando la policía llegó a su local echando a todos los clientes.