Campaña electoral brasileña con promesas y medicamentos falsos

Brasilia
AFP

L
os dos principales candidatos a la Presidencia, el Presidente Fernando Henrique Cardoso, y su rival de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva, continúan su campaña electoral cuando Brasil entero está aterrorizado por un escándalo de medicamentos falsificados que parece no tener fin.

Todavía no se han descubierto implicaciones políticas en este tráfico, pero desde que se sabe que comprar un medicamento en una de las 50,000 farmacias del país puede equivaler a jugar a la ruleta rusa, debido a la perfección de las imitaciones, la gente quiere encontrar culpables.

No son solamente las mujeres que quedaron encinta después de haberse creído precavidas contra todo accidente de este tipo tomando una píldora anticonceptiva que resultó ser mera harina.

Ya ha habido muertos

Por el momento, Cardoso y Lula han estado demasiado ocupados en presentar a los electores miríficos planes de gobierno para una vida mejor.

Y si la gente no se ha mostrado ni un tanto receptiva ha sido probablemente porque anda preocupada con esas falsificaciones.

Pero pensando que, tarde o tremprano, la oposición va a airear el tema como "prueba" de que el éxito del Plan Real no es todo y que la salud es más importante, el gobierno ha tomado medidas espectaculares.

El cierre de farmacias y las intervenciones en grandes laboratorios se suceden a un ritmo que podría ser tranquilizador sino hiciera pensar en que si hay tanto paño que cortar es porque tal vez el asunto sea más grave de lo que parece.

Con su política económica inaugurada hace cuatro años vía el Plan Real, Fernando Henrique Cardoso había dado a los brasileños la posibilidad de consumir sin temor a la inflación.

El descubrimiento de las falsificaciones farmacéuticas plantea ahora el problema de la seguridad del consumidor.

Mientras tanto, como ajenos a la actualidad inmediata, los dos candidatos a la presidencia, que dirimirán el 4 de octubre, siguen tratando de convencer a sus compatriotas de las excelencias de sus respectivos planes para el futuro.

 

 

 

 

 

 



 

El cierre de farmacias y las intervenciones en grandes laboratorios se suceden a un ritmo que podría ser tranquilizador sino hiciera pensar en que si hay tanto paño que cortar es porque tal vez el asunto sea más grave de lo que parece.

 

 

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