CUARTILLAS
Cuatro
Milciades
A. Ortiz Jr.
Colaborador
Los niños estaban
alborotados por el desfile de ese día. Se levantaron temprano
y se vistieron con sus recién planchados uniformes. A
muchos chiquillos de Río Abajo y Parque Lefevre, en los
años cincuenta, les gustaban las paradas. Era emocionante
desfilar por las calles, y ser observados desde las aceras por
centenares de personas, incluyendo los orgullosos padres.
Esta vez el desfile era para celebrar el 4 de julio, Día
de la Independencia de Estados Unidos. En aquella época,
en Panamá se conmemoraba el acontecimiento con mucha importancia.
Parecía que se le diera el mismo nivel que las festividades
del 3 de noviembre.
Por supuesto que los niños no sabían nada de
las condiciones de discriminación racial y económica
existentes en la Zona del Canal. Tampoco que una bandera extranjera
ondeaba en medio de nuestro territorio. Los educadores de primaria
se cuidaban de hablar de la especial relación entre nuestro
pequeño país, y la potencia más poderosa
del mundo, constructor del Canal.
El desfile se realizó por la calle principal del corregimiento
y los niños marcharon bien. Si alguien perdía el
paso, simplemente adelantaba la pierna derecha, y volvía
a marchar al mismo ritmo que los demás.
Al terminar el desfile, se reunían en la escuela. Allí
se realizaba un acto alusivo a la independencia de Estados Unidos.
En las paredes se veían murales con los rostros de los
principales actores de esta fecha, así como de detalles
de cómo eran los Estados Unidos.
No era de extrañar que la semana antes, en los salones
los maestros hablaran a sus alumnos sobre el "incidente
del té", que dio lugar al inicio de la lucha de independencia
de la antigua colonia de Inglaterra.
Algunos muchachos de la comunidad tenían contacto con
los Estados Unidos, porque sus padres de origen jamaicano trabajaban
en el Canal. Así que la celebración estaba justificada
y a nadie sorprendía.
Con los años, las luchas por la soberanía en
la Zona del Canal hicieron desaparecer las celebraciones del
4 de julio, en Panamá. Incluso una importante vía
que era la entrada hacia la ciudad tenía ese nombre. En
las bases militares zoneítas, el día se celebraba
con fuegos artificiales, desfiles militares, gaseosas y comida
ligera para todos. Muchos panameños asistían a
la celebración y disfrutaban de los Hot Dogs, hamburguesas,
papas fritas y golosinas.
Todo esto fue desapareciendo con los años y hoy es
casi un pecado celebrar el 4 de julio de Panamá. Incluso
algunos gobiernos mandaron a funcionarios de segunda categoría
a los festejos, en señal de protestas o de nacionalismo.
Este año será la última vez que se celebre
la independencia de Estados Unidos en el área del Canal.
Ahora tendremos otro tipo de relación con los norteamericanos,
y espero que la misma se base en el respeto mutuo. No es fácil
para la principal potencia mundial dejar el Canal, obra que tuvo
mucha importancia estratégica en dos guerras mundiales,
y en el comercio del planeta.
Los "gringos" en la Zona del Canal eran señal
de garantía para la circulación del dólar
en Panamá (con todas sus ventajas). Algunos panameños
temen que el irse del Canal los norteamericanos, el país
pueda caer en los próximos años, en excesos dictatoriales,
en perjuicio del pueblo.
Sin embargo, los mismos Tratados del Canal tienen enmiendas
que permiten a los Estados Unidos, garantizar el libre funcionamiento
del Canal. Y esto puede interpretarse como un visto bueno para
que ellos sigan metidos en nuestros asuntos. (Y lo aceptó
el gobierno militar dictatorial).
Se impone nuevas relaciones con el país que construyó
el Canal y permitió el desarrollo socioeconómico
nacional. Nada de odios y venganzas, por cosas de las cuales
no son responsables las actuales ni futuras generaciones.
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