El atletismo, el llamado rey de los deportes olímpicos, es una de las disciplinas que recibe muy poco apoyo en el ámbito nacional. Así podemos observar que los atletas se quejan constantemente de la falta de instalaciones adecuadas.
En los últimos meses el Estadio Rommel Fernández, donde muchos llevan a cabo sus entrenamientos, ha sido objeto de cuantiosas inversiones con motivo de las eliminatorias de la Confederación de Fútbol rumbo al Mundial Alemania 2006.
Reparaciones en las gradas, nuevos cubículos para la prensa y el mantenimiento de la grama del campo de fútbol, son algunas de las áreas hacia las cuales se ha destinado el dinero; sin embargo, la pista de tartán, roída y deteriorada por las constantes lluvias y por el paso del tiempo, yace como paria en la que al parecer nadie, ni el Instituto Nacional de Deportes (INDE), quiere invertir.
"Esta pista está en mal estado", comentó en octubre del 2004 Francisco Kamani, padre del vallista Bayano Kamani, cuando su hijo visitó por primera vez la pista de tartán del coloso de Juan Díaz para dictar clínicas deportivas.
Ricardo Sasso, presidente de la Federación Panameña de Atletismo (FEPAT), manifestó que la última vez que la pista fue reparada totalmente fue en el año 1994, por lo que consideró que ya es hora de "meterle la mano".
La pista del Rommel mide 400 metros, lo recomendado por la Federación Internacional de Atletismo, IAAF (por sus siglas en inglés).
"Para hacer un evento internacional en el Rommel, definitivamente muchas cosas hay que mejorar", sentenció Sasso.