Al menos logra verse la anhelada luz al final del túnel. El presidente Martín Torrijos escuchó claro y a primeras horas de hoy lunes llevará la solicitud al Consejo de Gabinete un proyecto de ley para la suspensión de la Ley 17 por 90 días.
Se suspira paz en todos los sectores. La iglesia Católica, los hermanos evangélicos, así como los de diferentes credos se unieron en oración por la paz del país y Dios envió sabiduría al mandatario panameño.
Después de 30 días de incongruencia de parte y parte, hoy Panamá despierta con un semblante radiante.
La olla con aceite ardiente pierde fuerza y predomina el clima de armonía. Quedaron atrás los cierres de calles, la suspensión de clases y la falta de atención en los hospitales. Todo debe volver a la normalidad.
Era algo que se veía venir. No era posible que el clamor de un pueblo no fuera escuchado por su máximo jefe de Estado. Los líderes deben afinar sus oídos antes de tomar responsabilidad de tanta magnitud como ser mandatarios de una nación.
Con este clima, se espera -como hemos señalado en múltiples ocasiones, que impere la sabiduría y raciocinio entre todos los representantes que participarán de este diálogo nacional porque hay que estar claros: el problema de la Caja de Seguro Social existe.
Ojalá, la estructura del diálogo se enmarque en los puntos sensitivos y se haga llegar el mensaje a todos los panameños. No debe haber secretos en esta oportunidad para no dar lugar a malos entendidos.
Está en manos de todos los panameños respetar el ambiente democrático por el cual hemos luchado por años, porque el país no puede perder su gran tesoro: ser una nación donde se puede vivir en un ambiente de paz.