El joven no le encontraba sentido a su vida. Estaba lleno de ilusiones que chocaban contra la realidad. Se sentía frustrado. Por eso pensó en irse de este mundo. Tenía un revólver y en un momento de desesperación pensó matarse.
Pudo oler el aceite que cubría el arma. Nunca antes había notado que esa arma tenía "olor".
Luego de olfatearla por todos lados se calmó. Dejó para otro momento la terrible decisión.
Y el tiempo pasó. La vida se encargó de solucionar los "problemas" del joven. Se hizo adulto y viejo. Pero nunca olvidó el olor a aceite de aquel revólver que pudo poner fin a su vida.
Fue un exitoso profesional y cada vez que podía le hablaba a los jóvenes que tuvieran optimismo. Les decía que siempre había una solución para los problemas.
Pero nunca les dijo que él mismo estuvo a punto de suicidarse... �le daba verg�enza!
Pensé en ese caso cuando asistí el viernes seis de mayo a un encuentro de medios de comunicación y suicidio, organizado por el Ministerio de Salud.
Me dijeron que en el año dos mil tres se suicidaron ciento noventa y cinco panameños, muchos jóvenes, en edad productiva.
La provincia que más suicidios tiene es Los Santos.
En el plano mundial, cada cuarenta segundos se mata un ser humano. Mueren más personas por suicidios que por guerras y homicidios...
Aquellos países que tienen un alto nivel de desarrollo en forma inexplicable también sufren de un alto número de suicidios.
Funcionarios de Salud Mental pidieron a los periodistas que no publicáramos detalles de cómo se suicidaron, qué métodos emplearon ni se hicieran sensacionalismo con estas muertes.
No pude quedarme callado y dije mis verdades. La primera, que en Panamá mueren todos los años más personas por accidentes de tránsito, que por suicidios.
También que no creo que Los Santos tenga tantos suicidios, si es la provincia más "dicharachera" del país. Todas las semanas hay fiesta allí, lo que debería aliviar cualquier depresión.
Finalmente indiqué que siendo el año dos mil tres el de más alta tasa de suicidios, podría pensar que eso ocurrió por culpa del mal gobierno de doña Mireya.
Eso fue un chiste para muchos, aunque yo lo dije muy serio...
