EDITORIAL
Seguro Educativo
A medida que se acentúa
la crisis educativa surgen muchas interrogantes sobre el destino del Seguro
Educativo, ya que no hay informes de finanzas sobre el uso de tales fondos.
Las autoridades manejan con mucho hermetismo los verdaderos propósitos
de este seguro y sobre la real cobertura del mismo. Por ejemplo: muchas
escuelas carecen de enfermeras y de medicamentos y no se sabe que se le
haya reconocido alguna indemnización a algún estudiante que
haya tenido un percance o accidente de tránsito.
El Seguro Educativo, así como la cuota del Seguro Social la pagamos
los ciudadanos que trabajamos por adelantado y por descuento directo. Sin
embargo, el Gobierno y las autoridades de la Caja de Seguro Social, tratan
a los asegurados como si fuera una atención de caridad. En la misma
forma, se carece de información de la inversión sobre los
fondos del Seguro Educativo.
En años anteriores se le descontó a los trabajadores la
segunda partida del decimotercer mes con el pretexto de reforzar los fondos
del Seguro Social. Los escándalos financieros como el Proyecto colectivo
de vivienda, agudizaron la crisis y situaron a la institución de
seguridad social casi al borde de la bancarrota.
El nuevo gobierno precedido por Merina Moscos debiera exigir un informe
sobre el seguro educativo, ya que muchas escuelas no están provistas
con equipos de primeros auxilios ni con botiquines elementales, sobre todo
en el interior de la República. La Contraloría General de
la República y el Ministerio de Educación deben dar respuesta
a las interrogantes que tiene la ciudadanía sobre este aspecto.
Nuestro país está sufriendo, los traumas de la luz y el
teléfono caros. De repente, se está fomentando una Carrera
Administrativa apresurada; el gobierno insiste en que la Asamblea apruebe
la Sala Quinta, mientras que aún sigue la pesadilla de los medicamentos
caros y la baja de aranceles, todo ello unido a la frustración de
las privatizaciones que han sido como una lámina de plomo que pesa
sobre el pueblo panameño.
El pueblo espera que el Seguro Educativo se haya manejado con transparencia
en aras de la proclamada modernización de la educación. La
institución pública, los docentes y las escuelas han estado
en precario durante este quinquenio y esperamos en la alborada del nuevo
siglo brilla la luz al final del túnel.
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