Uno de los grandes misterios de la historia fue la desaparición de la civilización maya, a mediados del Siglo X d.C. La gloriosa cultura mesoamericana desapareció, cuando estaba en su mayor gloria, pero la tala indiscriminada de los bosques tropicales, los cultivos extensivos sin control y la falta de lluvias provocó el abrupto final de este poderoso imperio amerindio.
La naturaleza es implacable cuando se siente amenazada. Y el clima es amo y señor de Centro América. Panamá no escapa a la realidad de la dependencia al ciclo de lluvias, que permite que los grandes embalses de agua en Bayano, Fortuna, Gatún, Alajuela y Miraflores se lleven, permitiendo energía eléctrica o suministro constante del vital líquido para subsistir.
La paralización de varios proyectos hidroeléctricos en Bocas del Toro, como las centrales tipo "Changuinola", el plan de algún día represar el gran río Tuira -Chucunaque o la instalación de torres eólicas en Veraguas, por la presión de los grupos ecologistas y los dirigentes de las comarcas, son parte de la culpa que provoca la actual crisis de falta de energía en Panamá.
Actualmente, la energía de las hidros constituye el 50% de la producción eléctrica, frente al otro 50% de dependencia del "búnker", combustible pesado para generación de luz.
Sin embargo, hay otro factor que incide en la crisis energética. La construcción de gigantescos proyectos urbanísticos, como centros comerciales en Punta Pacífica, Albrook y el próximo a establecerse en Cerro Viento, además de los enormes rascacielos recientemente inaugurados y los que vienen en camino, han disparado el consumo de energía hasta 10,000 megawatts.
Aunque el progreso y el crecimiento económico es bueno para el país, debe haber un control y planeación en la construcción de nuevos proyectos. Por ejemplo, se dice que Multiplaza consume más energía que las provincias de Herrera y Los Santos, en una sola hora. O que varias torres en Calle 50 y Costa del Este gastan energía similar al área de La Chorrera.
Es urgente pensar en nuevos proyectos de generación eléctrica. Aunque la Secretaría de Energía y la ASEP han indicado que unas nueve centrales de producción energética entrarán a funcionar en el 2009, es imperante buscar nuevas alternativas para brindar un constante suministro de electricidad.
La empresa Santa Fe Energy busca instalar en el norte de Veraguas un campo de torres eólicas, que utilizando el viento pueden brindar energía limpia y constante para el país. Igualmente, la utilización de carbón líquido importado de Colombia y Sudáfrica, son opciones inmediatas para generar electricidad.
Pero también es necesario crear conciencia entre los panameños para proteger nuestros recursos hídricos. La crisis de los embalses demuestra que la tala de árboles centenerazos en las cuencas hidrográficas incide en los niveles de los lagos de las plantas de generación en Chiriquí y Panamá Este. A esas comunidades de campesinos criollos que cortan bosques para siembra o cultivos, les pedimos cordura y razón, pues el futuro de sus hijos corre peligro por la destrucción de las selvas que nos dan agua para la generación eléctrica.
Que no nos pase lo ocurrido con los mayas, que cuando estaban en su pleno poder, su grandiosa civilización de pirámides y ciencia desapareció en medio del olvido de la historia, por no defender el entorno natural.
