Su padres estaban mortificados. No sabían en qué hospital buscar a su hija, quien resultó herida en los disturbios de ayer, martes, en la Calle 50.
Gilberto Carvajal narró a "Crítica" que cuando recibió la llamada de la Policía, se puso nervioso y comenzó a llamar a todos los hospitales, mas en ninguno aparecía la hija buscada.
La tía de la niña, le dijo que tenía que buscarla en la Policía Metropolitana, en Ancón.
Al llegar al lugar, un agente le dijo: "Tu hija es la del perdigón en la cabeza". El hombre se puso más nervioso.
TREMENDO PERDIGONAZO
Ahí estaba sentada, en una banca de la Policía Metropolitana. Tatiana estaba nerviosa. La quinceañera cursa el IV año en la Escuela Isabel Herrera de Obaldía.
Según Tatiana, ella salió del colegio con su prima e intentaba ir hacia su casa, pero todas las vías estaban cerradas, y tenían miedo de que la Policía se las llevaran presas por ser de "La Profesional".
Con el rostro hinchado, dijo que intentaron subir al muro de un edificio que estaba entre la Calle 50 y la Vía España, pero un perdigonazo la bajó.
Un calor intenso se apoderó de su rostro; el arete se le cayó. Comenzó a botar sangre y un policía le gritó: "Móntante al carro".
La niña relató que trató de limpiarse la sangre que le corría por la cara con un pañuelo, cuando notó que tenía una oreja rasgada, la cual sangraba profusamente.
NO HAY RAZONES
Se conoció que a la adolescente la atendió una enfermera que estaba en el sitio con un carnet de visitante.
Según el padre, a su niña le hicieron firmar un papel donde declaraba que no había sido maltratada.
La madre de la chiquilla tuvo que firmar otro documento para poder que le entregaran a su hija.
Lo que más le molestó al padre fue que el papel decía que habían llevado a la joven para protección, y eso no era cierto, sino que fue agredida con un perdigonazo, pero los policías le dijeron a los padres que ellos no lo dispararon.
PELIGRO: CASI LE SACAN UN OJO
Tatiana comentó que si ella hubiera virado la cara, el perdigonazo le hubiera dado en el ojo, y quizás lo hubiera perdido para siempre.