Una mujer que mantuvo una relación con Barry Bonds durante nueve años afirmó en el juicio contra el expelotero que éste atribuyó al uso de esteroides una lesión que padeció en 1999 y que, durante el tiempo que estuvo con él, el cuerpo y la conducta del rey jonronero experimentaron cambios.
Sin embargo, la defensa del extoletero de los Gigantes de San Francisco consideró que Kimberly Bell era una testigo poco confiable y que buscaba sacar provecho de su romance con Bonds.
La propia Bell reconoció que la relación le había supuesto beneficios financieros, pero aseguró que no estaba en el juicio por deseo de venganza.
Bell indicó que el romance con Bonds comenzó a mediados de 1994 y que continuó después de que él se casara con otra mujer en 1999.
La testigo también afirmó que el rendimiento sexual del toletero disminuyó en los últimos años de su relación y que sus testículos cambiaron de forma y empequeñecieron. Además, mencionó, le creció vello en el pecho, que se rasuraba, y le salió acné en la espalda.
Bell hizo frente a un intenso interrogatorio de la abogada defensora de Bonds, Cristina Arguedas, para desacreditar su testimonio, pero la ex-amante del "rey de los jonrones" mantuvo sus argumentos y las denuncias hechas con anterioridad, ante preguntas de los fiscales.