Los niños del vertedero
Unos diez niños, quienes rebuscan
entre la basura, rodeados de moscas, roedores, aves de rapiña y olores
nauseabundos, algún pedazo de cartón, aluminio, hierro o cualquier
material que sirva para luego ser vendidos por sus padres
Delsi Sánchez Madrid
Chiriquí - EPASA
Liariamente el vertedero
de San Pablo en la ciudad de David acoge a unos diez niños, quienes
rebuscan entre la basura, rodeados de moscas, roedores, aves de rapiña
y olores nauseabundos, algún pedazo de cartón, aluminio, hierro
o cualquier material que sirva para luego ser vendidos por sus padres, que
son generalmente quienes los llevan a realizar labores de pepenadores.
Las edades de estos infantes oscilan entre los 7 y 15 años, quienes
tienen que sortear la vida entre pedazos de vidrios u otro material cortante,
pues ni siquiera poseen un par de guantes que les cubra sus manos para meterlas
entre tanto material de desecho, lo que les puede ocasionar, entre otras
cosas, infecciones en la piel, virus, irritaciones de las mucosas.
Muchos de estos niños no van a la escuela, debido a sus limitados
recursos económicos que no les permiten educarse y en su lugar tienen
que recoger estos desechos para poder llevarse un bocado de comida a la
boca; mientras que otros pasan hambre, pues lo que recogen no es suficiente
para comer y en la mayoría de los casos sus progenitores no cuentan
con un empleo que les permita vivir y sacar la familia adelante. Cabe resaltar
que en este vertedero no solamente los niños recogen basura para
subsistir, muchos padres y madres también efectúan estos trabajos
y con lo que recogen mantienen a la familia entera, pero además hay
quienes se dedican a estos trabajos de recolección para comprar drogas
como el tabaco, el licor o cualquier otra sustancia que los conduzca a un
estado de inconsciencia que los ayude a olvidar, aunque sea un momento,
la grave situación por la que están atravesando.
Unas 85 toneladas de basura son depositadas por los carros municipales
y privados que llegan todos los días a botar los desechos que recogen
en las diferentes comunidades del distrito de David, incluyendo los desechos
que son transportados desde el municipio de Bugaba, a quienes se le ha concedido
hasta el próximo mes de julio para que utilicen este vertedero.
El gerente del Servicio Municipal de Aseo, Saturnino Torres, manifestó
que existe fuga de divisas por parte del municipio con relación a
estos materiales que pueden ser reciclables, por lo que la empresa está
planteando la posibilidad de comprar los productos que recojan los pepenadores
y venderlos directamente a las compañías que reciclan estos
desechos. Además es necesario concienciar a la comunidad para que
separe la basura y pueda ser reciclada más fácilmente.
Una de las inquietudes más notorias que tiene el gerente de esta
compañía es que no cuentan con suficiente personal para enterrar
los desechos hospitalarios y los pepenadores tienen acceso directo a este
tipo de basura que les puede ocasionar graves enfermedades, debido a la
naturaleza de la misma. Al igual que las viviendas temporales que han sido
ubicadas dentro de los terrenos del vertedero trayendo consigo una secuela
de problemas sociales, según Torres se buscará otras alternativas
para luego proceder a sacar a estas personas que han instalado sus hogares
provisionalmente en este lugar, que normalmente llegan después de
instalado el vertedero.
Según Torres, hay limitaciones para retirar a los pepenadores,
a pesar de estar en vigencia una resolución emitida el 28 de noviembre
de 1998 que prohíbe la permanencia de personas dentro del área
que comprende el vertedero y autoriza a SEMA para que permita o no la entrada
de las personas a dicho sitio. Se coordinará con las autoridades
de policía y la corregiduría para proceder a retirar a los
recolectores.
Estas personas entran en horas de la mañana a recoger los objetos
que puedan servirles para vender o llevarse a sus casas y salen a altas
horas de la tarde con lo que han podido rebuscarse, para así sustentar
a la familia, los que la tienen y las drogas aquellos que las usan.
Es importante señalar que esto constituye una degradación
del ser humano como persona, ya que los reduce a buscar migajas para sobrevivir
y lo que es peor, algunos buscan directamente en la basura la comida que
se llevarán a la boca. Nos corresponde a todos por igual ayudar a
la eliminación de estos trabajos, que día a día cobran
más niños inocentes, quienes empiezan la vida en el peor lugar:
el basurero.
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Muchos de estos niños no van a la escuela, debido a sus limitados
recursos económicos que no les permiten educarse y en su lugar tienen
que recoger estos desechos para poder llevarse un bocado de comida a la
boca; mientras que otros pasan hambre, pues lo que recogen no es suficiente
para comer y en la mayoría de los casos sus progenitores no cuentan
con un empleo que les permita vivir y sacar la familia adelante. |
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