No sentó bien dentro del equipo de Estados Unidos la derrota por 9-4 que sufrieron ante Japón en la semifinal de la segunda edición del Clásico Mundial de Béisbol porque sintieron que podían haberlo hecho mucho mejor.
Sin quitarle mérito al buen trabajo que hizo Japón, los peloteros estadounidenses, que al abandonar el Dodger Stadium, todos ellos regresaban a sus respectivos campos de entrenamiento de primavera, dijeron que se iban "frustrados" y dolidos por no haber llegado a la final cuando tuvieron la gran oportunidad de conseguirlo.
"Duele, porque el béisbol es el pasatiempo nacional de Estados Unidos y deseábamos el título", declaró Mark DeRosa, que hizo un admirable trabajo en la primera base. "No sé si hubiera sido un gran triunfo para los fanáticos a través de todo el país, pero sí para los jugadores que regresamos a los campos de entrenamiento".
Japón sorprendió poniendo en el orden de bateo a zurdos que rompieron por completo el control del abridor derecho Roy Oswalt y cuando el manejador de Estados Unidos, Davey Johnson, se dio cuenta y mandó calentar al relevista John Grabow, ya era demasiado tarde.
"Pensaba que iba a estar listo para el octavo bateador del episodio, pero tardó en entrar en calor, además de las molestias que sufría en el músculo de la ingle y eso retrasó su salida, tendría que haberlo llamado antes", admitió Johnson.
ESTADOS UNIDOS: 4-4
Terminó con un partido más que en la primera edición del Clásico.