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EDITORIAL
La otra cara de la moneda
A la algarabía y optimismo del primer día de clases, ya que ayer se inició el año lectivo, los que gobiernan no se han puesto a considerar que muchos ciudadanos que fueron víctimas de los despidos masivos no podrán cumplir con sus obligaciones por no tener la fuente de ingresos que antes le procuraban una estabilidad en su hogar.
Aún no se suspenden las "botaderas" como dice el vulgo, y el clima de incertidumbre agobia más a la comunidad porque crece el desempleo y sólo hay respuestas demagógicas para la inmensa población que con este gobierno ha perdido su trabajo.
Las miles de vacantes de maestros que no se han podido llenar y el número plural de escuelas en mal estado, ponen de manifiesto que la educación o la instrucción pública, sufre un deterioro progresivo y que no nos hace sentirnos optimistas. El gobierno actual se ha visto acosado por la corrupción y todos los días los medios de comunicación escudriñan sobre el escándalo del helicóptero, el lío de las visas a marinos en Filipinas, la casa de Punta Mala y las incoherencias del equipo gubernamental. Como decíamos ayer, el tema de la jornada escolar tiene diferentes aristas y está en juego el futuro de 800 mil estudiantes ya que no se han corregido muchas anomalías que unidas al alto nivel de corrupción, presentan al país con un cúmulo de problemas que no serán de fácil solución.
El año lectivo se inaugura con negros augurios pero vemos una luz al final del túnel. En la medida que se le inyecte una mística al estudiante de hoy y se concientice a los docentes "que hay que poner la luz de la vida en el alma de la juventud", y que la comunidad sea salvaguarda de los bienes escolares, podemos sentirnos satisfechos de saber que no todo está perdido y que se alientan esperanzas para hacer más fructífera la jornada escolar.
Aún más, saludamos a los docentes y al personal educando, conscientes de que el educador sigue siendo un líder en la comunidad y el estudiante no ha dejado de ser reserva moral de la Patria.
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PUNTO CRITICO |
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