Acusaciones de espionaje, otro clavo en
el ataúd de la UNSCOM
Londres
REUTERS
Las acusaciones de que los
inspectores de armas de las Naciones Unidas ayudaron a Estados Unidos a
espiar a Irak pusieron otro clavo en el ataúd de la Comisión
Especial de la ONU a cargo del desarme de Bagdad.
Tras meses de obstrucción iraquí a las operaciones de
búsqueda de armas de exterminio masivo, Estados Unidos y Gran Bretaña
eliminaron toda posibilidad de que los inspectores regresaran cuando lanzaron
una campaña de cuatro días de ataques aéreos el mes
pasado.
"La posibilidad de que regresen no es muy clara", dijo Terence
Taylor, del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos, ex
inspector de armas y miembro de la junta de la UNSCOM.
Tim Trevan, un ex asesor político del primer jefe de la UNSCOM,
el sueco Rolf Ekeus, dijo que las acusaciones de espionaje parecieron programadas
para acabar de destruir la credibilidad del organismo.
"Esto hace más remota la posibilidad de que a un sucesor
se le den las herramientas para ser un organismo de desarme efectivo",
señal.
La ola de acusaciones de espionaje por parte de la prensa estadounidense,
que el asediado presidente de la UNSCOM, Richard Butler, ha desmentido tajantemente,
respaldó las acusaciones iraquíes de que los inspectores eran
espías y profundizaron la desconfianza entre el gobierno estadounidense
y la oficina del secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Asimismo, dieron ímpetu a los esfuerzos de Francia y Rusia para
diseñar un nuevo sistema de supervisión de armas menos agresivo
como preludio a un levantamiento del embargo de petróleo impuesto
a Bagdad.
Taylor y otros ex miembros de la UNSCOM admitieron que algunos inspectores
tenían antecedentes en organismos de inteligencia y que agencias
occidentales colaboraron con los esfuerzos de detección de armas.
Sin embargo, negaron que la UNSCOM haya correspondido ayudando a Washington
a colocar dispositivos de escucha en el servicio de seguridad del presidente
iraquí Saddam Hussein.
"Como inspector jefe por tres años, hasta 1997, nunca vi
prueba de un esfuerzo sistemático de espionaje", declaró
Taylor.
"Sí vi pruebas de que algunos individuos espiaban para sus
gobiernos... Sorprendí a uno en flagrante, tratando de retirar un
documento concerniente al uso de armas químicas en la guerra entre
Irak e Irán", agregó.
Taylor rehusó revelar el nombre o la nacionalidad del inspector,
pero aseguró que no era occidental.
Otro ex miembro de la UNSCOM dijo: "sería ingenuo pensar
que uno podría andar a la caza de armas furtivas de destrucción
masiva sin usar técnicas de inteligencia".
Taylor indicó que los iraquíes trataron de infiltrar la
UNSCOM, ocultaron grabadoras en el hotel de los inspectores y dispositivos
de escucha en sus equipos de comunicaciones.
El y otros ex inspectores advirtieron que lo peor sería ahora
crear un sistema de supervisión diluido, sin los poderes de intrusión
necesarios para descubrir programas de armas químicas y biológicas
encubiertos.
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