Hace poco tomé un taxi rumbo a mi casa. El conductor, un humilde ciudadano de los muchos que hoy intentamos sacar adelante a este país, me hablaba de las frustraciones que nuestro pueblo sufre actualmente, debido al encarecimiento del costo de la vida.
De repente, me dijo que faltaba en Panamá un líder, un caudillo que impusiera el orden ante la corrupción y los abusos de las empresas eléctricas contra el consumidor.
"Aquí debe llegar un hombre que ponga mano fuerte y meta presos a los bellacos, de limpie al Gobierno de los corruptos y los abusivos. Esto ya no se aguanta. �Cómo es posible que aquí haya tanta plata y que la gente se esté muriendo de hambre?", agregó el palanca.
Igual que ese conductor, hay otros miles de panameños que piden un cambio de rumbo en la situación desesperada ante el aumento del costo de la vida. Enero de 2006 viene con muchas sorpresas que ponen en riesgo al Gobierno actual y a la estabilidad de la población.
Además del abusivo aumento eléctrico, se realizará la aplicación de las nuevas reformas fiscales que son la excusa para que algunas empresas boten a sus empleados, por falta de presupuesto. Y en parte es la realidad. La Canasta Básica Familiar ya supera los 4 balboas y no rinde. Los salarios de los trabajadores siguen en el fondo y no hay siquiera aumento de ingresos, pese a que vivimos con un país que tiene un canal interoceánico, que da ingresos directos e indirectos que rondan los 20, 000 millones de dólares.
Me decía hace años un profesor de la Universidad de Panamá, que cada 25 a 30 años, Panamá vive una convulsión social, debido a los abusos de los políticos o coyunturas históricas. La última gran crisis nacional fue por la intransigencia del régimen militar de Manuel Antonio Noriega y la invasión estadounidense; ambos hechos marcaron el rumbo de nuestro destino presente, para bien o para mal.
Esos gritos del pueblo pidiendo un "líder o caudillo", me recuerdan los años antes del arribo de Omar Torrijos en 1968. Como dice la historia patria, los partidos políticos, el sistema judicial y la sociedad se había corrompido al extremo que los militares aprovecharon la oportunidad de asirse del poder y derrocar al ex presidente Arnulfo Arias. �Se repetirá ahora ese capítulo de nuestro pasado?
Igual caso vemos en nuestra sufrida América Latina. Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia son ejemplos clásicos de regímenes izquierdistas de ultranza que asumen el poder debido a la corrupción de los partidos políticos tradicionales y la extrema pobreza reinante en sus países. También la mala distribución de las riquezas provocaron que aparezcan estos "nuevos caudillos".
�Queremos los panameños un nuevo caudillo militar o político que nos brinde sueños y oportunidades o nos venga con un régimen dictatorial, aprovechando el apoyo popular?
Es hora que la sociedad tome acciones decisivas para bajar la pobreza y el desempleo campante en Panamá, antes que se den movilizaciones masivas que nos hagan pedir el advenimiento de personajes que, con la consigna de nuevos tiempos, se imponga un gobierno tiránico. Y para cuando ese caudillo asuma el mando, ya será tarde. Sino, pregúntenle a los cubanos y a los venezolanos exiliados en Florida.
