Gobierno no debe atacar guerrilleros
colombianos
Omar Wong Wood
Crítica en Línea
El Arzobispo de Panamá,
monseñor José Dimas Cedeño, exhortó ayer al
gobierno nacional a enfrentar la incursión de elementos paramilitares
y de la guerrilla colombiana en Kuna Yala y Darién con "serenidad
y tranquilidad".
De acuerdo con el prelado, las autoridades panameñas (Ministerio
de Gobierno y Justicia) deben hacerle frente a la situación, originada
en la apartada provincia del Darién y la olvidada comarca Kuna Yala
por la presencia de paramilitares y guerrilleros, pero insistió que
esa medida debe estar fundamentada por actos pacíficos que no ocasionen
perjuicios a la honra, vida y bienes de los panameños.
Resaltó que la situación en los sectores limítrofes
con Colombia debe servir para fomentar la unidad nacional y promover un
clima en donde se reconozca el bienestar de todos los ciudadanos.
Monseñor Dimas Cedeño dijo ante al menos 20 mil feligreses
durante la homilía de la celebración de la XXIX Cita Eucarística
celebrada en el Estadio Rommel Fernández, que los panameños
deben estar llenos de regocijo porque en el año 2,000 el país
gozará de soberanía plena y definitiva, pero resaltó
que "el Canal no es patrimonio de un partido político ni de
un gobierno en particular".
Igualmente, la máxima autoridad de la Iglesia Católica
en Panamá advirtió que la reversión del Canal de Panamá
a manos panameñas podría convertirse en un elemento de frustración
si no es manejado con equidad y en beneficio de todos los panameños.
Agregó que los gobernantes deben garantizar el cumplimento de
los Tratados Torrijos-Carter a cabalidad, porque el año 2000 es y
será un año de mucha importancia que estará por siempre
en la memoria de todos los nacionales.
Instó a los políticos responsables de la administración
de los bienes que revierten a Panamá, a promover que las inversiones
millonarias que se implementarán en estas áreas no sólo
se constituyan en un bien para lograr grandes ganancias, sino que sean un
importante medio para disminuir el desempleo y la pobreza que ahogan al
pueblo.
Detalló que si los bienes que revierten a Panamá no son
manejados con un "criterio de unidad nacional y en provecho de toda
la comunidad puede convertirse en un elemento de frustración.
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