Eduardo Araúz, de 69 años, no pudo disfrutar la graduación de sexto año de su hija, porque cuatro homicidas le quitaron la vida por una escopeta.
El hombre custodiaba unas tierras cercanas al corregimiento de Cativá en Colón.
Araúz se preparaba para asistir a la graduación de su hija en el colegio Rufo Garay. Los delincuentes llegaron a su casa pidiendo agua y luego lo asesinaron de un tiro en la cabeza.