Nuestro organismo es una máquina perfecta, pero como no la usamos a conciencia y en muchas ocasiones no le damos mantenimiento, se deteriora y puede hacernos pasar malos ratos.
No hay duda de que una buena salud es clave para ser felices.
Ahora bien, con el paso de los años, el cuidado o negligencia que hayamos mostrado hacia nuestro organismo, sale a relucir. A veces se está a tiempo de tomar medidas correctivas. Otras, no hay marcha atrás, el daño está hecho.
Teniendo en cuenta lo anterior, creemos oportuno hacer énfasis en que es necesario colocar, en la lista de prioridades del año próximo, la visita al doctor, para el chequeo general de la salud.
No debemos posponer esa cita anual, dado que hay enfermedades como el mal de Alzheimer, el mal de Parkinson, el glaucoma, el cáncer, la osteoporosis, la diabetes, la obesidad, las afecciones cardiacas, la insuficiencia renal, la arteriosclerosis múltiple y la alta presión, que por lo general, se presentan en personas de edad avanzada. Son condiciones en las que a veces un minuto puede hacer la diferencia entre salud y enfermedad, entre vida y muerte.
Es bueno tener presente que velar por la salud no sólo es un derecho de cada individuo, también es una responsabilidad suya. Por lo general, se tiende a posponer la ida al doctor. Se deja para cuando la persona se siente mal, cuando prevención es una palabra que en salud debería ponerse de moda.
Tratar de leer más e informarse sobre lo que se puede o debe hacer para tener mejor calidad de vida es importante y hay información disponible: en hospitales, clínicas, centros y subcentros de salud, en las bibliotecas, las librerías, en Internet y con los profesionales de gremios relacionados con la salud.
No está de más recordar que ayudan a lograr saborear mejor la vida y a evitar dolores de cabeza el comer sanamente (cuidar la calidad y cantidad de lo que se ingiere). Entre otras cosas, es necesario beber mucha agua, reducir la ingesta de sal y azúcar, evitar las bebidas carbonatadas y la comida con aditivos.
Finalmente, también es aconsejable evitar los rayos ultravioletas, ejercitarse (el sedentarismo es un arma mortal), reducir los niveles de estrés, decir ¡no! al tabaquismo y al alcohol, ser optimistas y sonreír más, porque como bien lo decían sus y nuestros abuelos "no por mucho madrugar amanece más temprano".