Las continuas lluvias, que causaron inundaciones, se debieron indiscutiblemente a los movimientos de la Luna.
Analicemos el asunto. El hemisferio norte se encuentra en un avanzado otoño, la estación del año que es la antesala del muy frío invierno. Esta estación, según las noticias, ha resultado muy fría, tanto así que ya está nevando en Europa y Canadá; en esta última región, las temperaturas han bajado 36 grados centígrados bajo cero.
El 23 de noviembre, la Luna pasó muy cerca del Polo Norte, levantando grandes volúmenes de aires polares, los cuales fueron empujados hacia las calientes zonas tropicales. El día 30 de noviembre ocurrió el perigeo, o acercamiento de la Luna a la Tierra, que acontece cada 28 días, aumentando a su máximo las fuerzas de atracción de nuestro satélite natural sobre nuestro planeta.
Este incremento de las fuerzas de atracción causaron la movilización de los vientos fríos, que al chocar con los calientes vientos tropicales causaron las constantes y copiosas lluvias.
Esta condición de lluvias se presentaron nuevamente para las Navidades. El día 20 de Diciembre, la luna pasó nuevamente muy cerca del Polo Norte, que estuvo todavía más frío. La Luna volvió a levantar enormes volúmenes de aires muy fríos, los cuales fueron empujados y arrastrados hacia las cálidas zonas tropicales. El día 25 de Diciembre, la Luna pasó sobre Panamá, rumbo al Ecuador y el Sur.
Precisamente, ese día ocurrió el perigeo, o acercamiento de la Luna a la Tierra; provocando nuevamente continuas lluvias.
Esa misma condición se presentó en noviembre y diciembre de 1973. El 12 de noviembre coincidió el perigeo sobre el Polo Norte. Y el día 10 de diciembre volvió a coincidir el perigeo sobre el Polo Norte. De 1973 al 2010 han transcurrido 10 ciclos lunares de 3.7 años.
