La dama "yeyé" en chancletas tuvo que tragarse la vergüenza. Con dos baldes fue a buscar agua lejos del lujoso apartamento donde vivía. Su hijo adolescente estaba al borde de la histeria. Nunca se había imaginado que tendría problemas para bañarse e ir al servicio.
Días después, conversando, la dama le dijo a parientes que había tenido que "conocer" lo que es vivir sin agua. Ahora comprende a miles de panameños que no la tienen desde hace rato.
Añada a esta realidad los millones de balboas que irresponsables adeudan al IDAAN. Hay que recordar las campañas para el uso adecuado del agua. Se recomienda no bañar a los perros, lavar automóviles, regar jardines, llenar piscinas para los niños, etc.
Historias sobre dificultades desconocidas por causa de la falta de agua, las escuché por entonces.
Eso de bañarse en casa de un amigo fue incómodo. A veces llegaban "paracaidistas" a bañarse. No eran casi conocidos, por los que tenían la suerte de vivir en sitios bajos. Hasta acabaron con lujosas piscinas...
El agua embotellada fue el gran negocio. A veces se la "peleaban"... Una dama que buscaba un galón de agua en un súper, tuvo que gritarle a un sujeto que llegó "arrasando" con todo el líquido que hubiera.
Lo que hemos sufrido debe servir de amarga lección. Aquellos que botan el agua deben controlarse. Hay que ser solidarios con los que viven en una permanente "sequía".
Porque mientras unos malgastan el vital líquido, en miles de viviendas es un "artículo de lujo".
Eso que sufrimos por algunos días, es el problema de siempre de muchos compatriotas.
También lo sucedido debe servir de advertencia al Gobierno. Hace falta un agresivo programa de dotación de agua potable en todo el país.
Recuerdo que en los años setenta se realizó la campaña de los "acueductos rurales". De inmediato bajaron las muertes infantiles causadas por la falta de agua potable.
Panamá es un país lleno de agua, tanto "arriba" como "abajo". Hace años un ingeniero agrónomo me dijo que el agua subterránea en Panamá era mayor que la de ríos y lagos.
Hay que evitar que tumben los árboles que ayudan a conservar el agua. Además, las autoridades deben tener planes especiales para tratar estos desastres.
Y la comunidad necesita orientación sobre cómo sobrevivir cuando hay escasez de agua.