En una ciudad que en su diseño si acaso apenas comienza a tomar en cuenta a los discapacitados, sus ciudadanos y proveedores de servicios básicos muchas veces los ignoran totalmente. En el Hospital Santo Tomás, como en muchos otros puntos del país, es un calvario tomar el taxi si eres discapacitado, y en muchos casos, hasta recibes el infame "no voy". Esta señora tuvo suerte, al poder encontrar un taxi en el Santo Tomás.