El Partido Panameñista por años ha sido la principal fuerza opositora del país, pero por segunda elección consecutiva corre el riesgo de quedar tercero en las preferencias de los votantes.
Las encuestas revelan que en mayo del 2009, la batalla será entre los candidatos Ricardo Martinelli y Balbina Herrera. La situación amerita un análisis desapasionado de la dirigencia del partido creado por el caudillo Arnulfo Arias Madrid.
Ya el Molirena, tradicional aliado del Panameñismo, optó por romper su apoyo a Juan Carlos Varela para sumarse a la de Martinelli. Una candidatura en solitario del abanderado del Panameñismo, no tendría mucha opción de triunfo, salvo que suceda un hecho trascendental que remueva el actual mapa político.
Los políticos y sus consejeros deben tener los pies sobre la tierra. No hay que engañarse con espejismos. La madurez y escuchar los consejos de gente no comprometida, son los mejores aliados para tomar una decisión; los que pintan un panorama encantador a sabiendas de que hay nubarrones, no son buenos consejeros.
El Panameñismo y su dirigencia deben tener en cuenta los pro y los contra de una candidatura en solitario para evitar una decisión que los lleve al suicidio político. Es difícil a veces renunciar a legítimas aspiraciones, pero la vida casi siempre nos ofrece segundas oportunidades.
El tiempo conspira contra los seguidores de arnulfismo. En las próximas dos semanas tendrán que definir si insisten en irse solos o sumarse a una alianza con los otros dos candidatos.
La decisión no es fácil, pero en ella debe imperar el sentido común y el compromiso de mantener la lucha "Por un Panamá Mejor".