La mesa bochinchosa del viejo café de Santana se estremeció esa mañana. Llegó el representante del PRD y gritó: ¡"Viene Noriega, viene, y pondrá orden en el país y le dará el triunfo a su amiga Balbina"!
Se tiró bajo la mesa el Arnulfista, mientras que el Universitario corrió a buscar una piedra para tirársela al ex tirano.
El Civilista sacó un pañuelo blanco. Comenzó a agitarlo dando gritos contra la dictadura militar. El Político quedó paralizado por el miedo.
Sólo se rió el Ñángara, comunista trasnochado. Después de todo los izquierdistas no la pasaron mal durante la dictadura.
Quien se tropezó del susto fue el famoso Cholito Mesero. Se agarró a un mantel y tumbó los platos y vasos de una mesa.
En medio del desbarajuste, el del PRD sacó su mejor sonrisa y gritó: ¡Inocente Mariposa"!
Casi lo linchan el Asimilado y el Arnulfista.
Para pasar el susto, señaló el Político que se había enterado de una alianza de última hora.
La nómina de la oposición la iría a dirigir Pan de Dulce, y como vice presidenta tendría a Ana Mae.
Se atragantó el Arnulfista y el Ñángara. Luego supieron que era otro vacilón del día de los Inocentes.
Ya repuesto el Cholito Mesero se sonrió. Con cara seria le dijo a los de la mesa bochinchosa que no solamente se regalaba en Navidad, sino en Año Nuevo y el 6 de enero. Así que esperaba regalos de los bochinchosos...
También entró en el juego el Asimilado (amigo de todos los gobiernos). Muy serio dijo que él tenía la última en política. Era que el Toro respaldaría a Martinelli, quien lo designaría primer vicepresidente.
Varios se rieron de la ocurrencia, pero el Cholito Mesero se metió en la charla. Dijo que esos dos hasta se parecían: tenían millones y eran medio locos.
Recordándole a los parroquianos de su propina, se fue muy contento el Cholito.
El Comerciante dijo que ante el fracaso del PRD en arreglar el problema del transporte, él sugería que se usaran enormes aviones para traer rápido a la gente.
También era otro Inocente. Ya cansados de hablar los bochinchosos tomaron una servilleta y la llenaron de plata. El Cholito Mesero los miraba con entusiasmo, pues pensaba en su propina.
Cuando se viró un momento el bellaco mesero, quitaron la plata y pusieron servilletas usadas.
¡Tremendo vacilón se llevó el mesero ese día de Inocentes!
