Martín Fernández González, de 38 años, residente en el barrio San Juan de Dios de Natá, decidió quitarse la vida al amarrarse una soga en el cuello y colgarse de un árbol de mango en la mañana de ayer. González laboraba como celador en una construcción ubicada en el área. Zoraida Bethancourt, esposa de Martín, señaló que en ningún momento le vio preocupado o actuando de manera extraña.
Dijo que la última vez que le vio fue cuando salió de su casa en horas de la noche, porque luego salió a la calle. Destacó que aproximadamente a las 4:30 a.m. escuchó un ruido proveniente del patio de la vivienda y no le puso mayor atención, ya que sabía que a esa hora su esposo regresaba de laborar. |