EDITORIAL
Desechos nucleares
El buque británico "Pacific Sandpiper" cargado de desechos nucleares cumplió antenoche su tránsito por el Canal de Panamá con destino hacia Japón. Aunque se montó un férreo operativo de seguridad, el peligro que representa el paso de esos barcos por aguas panameñas es preocupante.
Si bien es cierto que ese tipo de naves cumplen con las reglamentaciones establecidas por la Autoridad del Canal, de la Organización Marítima Interna-cional y de la Organización Internacional de Energía Atómica, nadie nos puede asegurar que no se puede producir un accidente, que provocaría una situación catastrófica.
Desde los sucesos terroristas del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, nadie está seguro y ahora más que nunca se hace más peligroso el paso de barcos con desechos nucleares por el Canal. Todos recordamos como hace dos años activistas de Greenpeace Internacional lograron abordar uno de esos barcos con desechos nucleares. Aunque tras ese incidente se han reforzado las medidas de seguridad en las esclusas y otras áreas del Canal, siempre existe un nivel de peligro.
La Autoridad del Canal cuenta con un cuerpo de seguridad industrial asesorado por uno de los principales expertos norteamericanos en aspectos de vigilancia. Además equipo sofisticado sirve para monitorear las principales instalaciones de la vía acuática.Sin embargo, el paso de una nave con desechos tóxicos siempre plantea una interrogante sobre la seguridad en la franja interoceánica. de pasar por el canal, que de ocurrir un accidente sería de consecuencias catastróficas. Las autoridades del Ejecutivo y la Asamblea Legislativa debe analizar la necesidad de una legislación para reglamentar ese tipo de tránsitos, porque no estamos vacunados contra potenciales accidentes o las acciones de los locos del terror.
El viernes le correspondió el tránsito al "Pacific Sandpiper" antes fue "Swan Pacific" y sin duda vendrán más barcos con cargas peligrosas, por lo que hay que tomar previsiones para el futuro. El Canal no puede impedir el tránsito de ningún barco ni siquiera por razones de salud o seguridad, pero nos preguntamos si esa vocación de servicio a la comunidad marítima, tiene prioridad sobre la supervivencia de los panameños.
PUNTO CRITICO |
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